Nuevo Fic Completo "Geh" By Kami Kaulitz (one shot)



Autor: Kami Lambert Holbie
Titulo: Geh
Temática: Normal
Categoría: Todo publico
Tipo: One shot
Género: Drama
Resumen: El dolor después de decirle al amor de tu vida que no la quieres, solo por creer que no
eres suficiente para tal persona, al final te das cuenta que no eres nada sin ese amor, la muerte no
los separa, solo los une mas.



Geh
By:Kami
Geh

El silencio se apoderaba de mí ser, estaba en shock, nunca creí poder ser aquello que tanto odiaba,
un ser despreciable, había lastimado a quien más amaba en este mundo, odiaba recordar esa
mirada tan triste y llena de confusión por mis hirientes palabras. El dolor que se había habitado
dentro de mi pecho quemaba. No podía dejar de llorar, las lágrimas me arañaban el alma. No sabía
ni porque lloraba, había hecho lo mejor para los dos.
Me levante de mi cama, esa cama que aun
guardaba la fragancia de su cuerpo, parado en la ventana veía las gotas de la lluvia
confundiéndose con mis lagrimas en mi reflejo, no había luna, las nubes la había cubierto. Trataba
de buscarla entre la fría niebla, pero nada, no había ningún rastro de ella, mi princesa, la única que
había cambiado mi vida.

Me preguntaba que estaría haciendo en ese momento, tal vez mientras yo lloraba ella reía, o tal
vez también lloraba, si la segunda opción era más probable, que mas podría pasar después de lo
terrible que fui con ella. Vi mi reloj, ya habían pasado horas después de que se fue, revise mi
celular, ni un mensaje, ni una miserable llamada, no podía seguir así.
Salí de mi habitación tratando de limpiar mis lagrimas, pero mi dolor era más que evidente, estuve
toda la noche llorando, mi ojos estaban rojos e hinchados. Camine, baje las escaleras, la casa
estaba sola excepto por su esencia que seguía allí. Un mal presentimiento se apodero de mi, tenía
que buscarla, ¿algo malo le habría pasado? o tal vez era mi miedo a quedarme solo otra vez.
Quería callar todas esas preguntas sin obtener repuestas. Llame a todos los lugares posibles en
donde podría estar, pero nada, a la policía para que comenzara la búsqueda. Espere unas horas,
pero nada, era como si nunca hubiera estado ahí. Me recosté en el sofá, cerré los ojos y comencé
a recordar el día en que la conocía, sabía que ese dia cambiaria mi vida, que tenía que buscar bien
entre esas miles de personas que estaba frente a mí, había encontrado el amor, pero ¿Cómo
hacérselo saber?, ¿acaso me creería?, pero no importaba lucharía por ella, le haría ver mi inmenso
amor por ella, si amor a primera vista. Recordé nuestra primera vez juntos, la primera cena, la
primera mirada, esa carita llena de ternura cuando se enojaba o cuando reía a carcajadas, éramos
dos niños queriendo ser mayores en el jugueteo del amor.
- Bill, ¿no ha regresado? – la voz de Tom me despertó de mis pensamientos, se dio cuenta que
llorado.
- No, ya la busque pero nada. – Baje la mirada – voy a buscarla – tome las llaves de mi auto y salí,
estuve conduciendo son rumbo mucho tiempo.
Estaba cansado, había recorrido toda la cuidad pero mi culpa era más grande, y entonces ahí
estaba, tirada en un charco de agua sucia, salí del auto y corrí a ella.
Me hinque junto a ella, tome su delicado rostro entre mis manos, le hablaba pero no decía nada,
abrió sus hermoso ojos, pero algo se lo impedía, el sol le daba en la cara, ya era de día. Su cuerpo
estaba más frio que el hielo, tenía que darle calor, la cargue entre mis brazos y la subí a mi auto,
prendí la calefacción y tome su mano para pasarle un poco de calor. Llegamos a casa, quería que
despertara, se veía tan agotada, camino mucho bajo la lluvia, su suave y fría mano la lleve hasta mi
rostro, tal vez así podría reconocerme y despertar.

-Por favor princesa despierta me mata verte así,- empecé a hablarle – ¡Dios Soy un estúpido!, por
favor hermosa despierta, vamos no me hagas esto, nena despierta, mírame, estoy aquí contigo –
le rogaba que abriera esos ojitos y me mirara, pero nada, no tenía ninguna reacción a lo que le
decía, un segundo creí que había muerto, me acerque a ella, y no gracias a dios estaba
equivocado aun respiraba, solo estaba inconsciente.
- ¿Cómo esta?, ¿en donde la encontraste? –– me dijo Tom que estaba parado a un lado del auto,
ni siquiera me había dado cuenta que estaba ahí - Pues está viva, la encontré en una calle tirada,
dios, Tom ¿Por qué soy tan estúpido?, ¿Por qué le mentí? – le conteste con la voz quebrada, a
punto de llorar, movía su delicado cuerpo para despertarla. – Bill tranquilízate ya despertara,
vamos adentro o aquí se congelaran los dos. – dijo Tom tratando de tranquilizarme Entre los dos
la sacamos y la llevamos adentro.
Cambie su ropa, le puse una limpia y seca, y la recosté en la cama, no sabía qué hacer, ¿Qué iba a
decirle cuando despertara? ¿Qué cara pondría?, estaba confundido, no sabía nada, aunque me
sentía un poco más tranquilo, ahora estaba junto a mí, otra vez.
La veía ahí durmiendo, tan cómoda y tranquila, recordé cuando lo hacíamos los dos después de
hacer el amor, que hacerlo para mí era como respirar, necesitaba de eso, y no por solo sexo o
lujuria, si no porque me sentía el más feliz del mundo cuando con su respiración agitada me decía
que me amaba, la sentía tan mía, tanto que mi vida era suya.
Me recosté junto a su cuerpo, y ella se acomodo sobre mi pecho, abrazándome por la cintura, yo
hice lo mismo, ahora si me sentía tranquilo, ella estaba bien. No quería moverme, quería que
siguiera durmiendo en mis brazos, no quería que ese momento acabara nunca, pero
lamentablemente ella ya no era mía, acabaría tarde o temprano. Estaba por oscurecer, apenas y
entraba luz solar por mi ventana.
- Bill, ¿estás despierto? – un suave susurro salió de su boca, la abrase mas fuerte, como
agradeciéndole el que despertara - ¿Princesa?, despertaste nena ¿estás bien? – me emociono ver,
esos hermoso ojos, y esa sonrisa al ver mi reacción.
– Si Bill.-
- ¡Toooom!, Tom ven rápido - comencé a gritar, horas antes le había pedido que cuando le gritara
subiera con un poco de comida para mi princesa, tal parecería que a mi gemelo le importaba mas
mi novia que yo, conmigo se tardaba siglos, con ella en menos de un minuto ya estaba parado en
la puerta con la comida lista. -¿Por qué tardas tanto Tom?, te dije que en cuanto te gritara vinieras
lo más rápido que pudieras- regañe a mi gemelo.
– Cállate no vine a verte a ti, hallo nena, como estas, por fin despertaste, este tonto estaba más
que preocupado, yo creí que ya te iríamos a tirar con una bola de locos allá afuera. – le dijo Tom a
mi princesa, ella solo reía tímida, como siempre, tan linda, y yo rodaba los ojos por tantas
tonterías que decía –y bien loca desquiciada, si quieres algo solo grita mi hermoso nombre y yo
vendré. –
- Tom, ¿Podrías dejarnos solos? Necesito hablar con Bill- y un escalofrió recorrió mi cuerpo
haciéndome temblar
- Claro, nos vemos. – y salió de la habitación haciéndome una seña grosera con su más que
conocido dedo, yo le saque la lengua.
Mire a mi princesa que tenia la vista en el suelo, yo me senté junto a ella, estaba más que
nervioso, no sabía que iba a decirle, ¿Cómo explicarle?
- Bill quiero darte las gracias, si no fuera por ti ahora tal vez estaría muerta.- me dijo, con la voz
quebrada, era un ser maravilloso ¿Cómo podía agradecerme la vida si yo se la había acabado de
arruinar?
- Si no te preocupes, es lo menos que puedo hacer después haberte lastimado tanto. – fue lo único
que pude contestarle, ¿Qué mas podría decirle?
- Bien y ¿Como me encontraste? –
- No lo sé, solo salí a buscarte después de que note que no regresabas, movilice a toda la policía
de la cuidad, pero no podía quedarme con los brazos cruzados así que salí a buscarte yo mismo, y
bueno… si aquel día pude encontrarte en medio de miles de personas supuse que podría
encontrarte en una ciudad –trataba de esconder mi dolor, fingí estar enojado, pero creo que así
hacia más evidente mis sentimientos– Me tenías más que preocupado. – trato de animarme, puso
su delicada mano sobre mi espalda, sentirla me hiso estremecer tanto que moví mi cuerpo, y quito
su mano. ¿Acaso sentía tanto rechazo de mi parte?, pero ¿Cómo era posible? Si ella era lo que más
necesitaba en el mundo.
- Bueno gracias otra vez, creo que es hora de irme. – intento ponerse de pie, pero callo sentada en
la cama, estaba tan débil y todo por mi estúpida culpa
- No, no te vayas, no así, estas muy débil, debes descansar y comer un poco. – la detuve, no quería
que se fuera, al menos, no así y le señale la bandeja de comida – Lo ha traído Tom, para eso
quería que llegara rápido cuando le grite. – le comente, su cara me decía ¿de dónde ah salido eso?
- No, no tengo hambre.-
- No me importa si no tienes hambre, vas a comer y ya ok – le dije como un papá enojado, tome
comida y lo lleve a su boca – Haber, abre la boca. –
- No Bill no quiero. –
No comía, pero como un buen padre que soy la obligue a comerse todo, me sorprendía ver como
aun después de haberla lastimado seguía mi juego. Intento ponerse de pie, y lo logro.
- Ok, ya estoy bien, ya me voy. – vaya que era testaruda
- No espera siéntate, no puedes irte en plena madrugada. – no quería que se fuera, tenía que
retenerla lo mas que pudiera, podía dejarla ir, vi como ella recordó la noche anterior, me sentí tan
mal, el dolor se volvía a apoderar de mi, ella me conocía tan bien que no lo notó
- Bill ¿Estás bien? –
- Si, es solo que tengo un poco de hambre. – de un momento a otro recordé que eran días en los
que no había comido
- La solución sería comer. –
- Si, lo sé. – sonreí – Tooom!!, Tomy!!! – grite, no quería dejarla sola, mi única solución era Tom
- ¿Que quieres? –
- Tráeme comida, muero de hambre, anda ve, corre. – Le ordene a Tom que parecía no entender
mi gran necesidad - ¿Qué haces ahí parado?, ve y tráeme comida.-
- Si tienes hambre, baja, prepárate algo y come, odio que me hables así Bill, para la próxima vez
piensa mejor en como pedir las cosas, aquí eres simplemente Bill, recuerda que no eres nadie más
que un simple y tonto cantante enfrente de una cámara o un micrófono, eso no te hace nada
importante. – me dijo Tom más que enojado, me confundí, ¿acaso había tomado una mala
actitud?, mire a mi princesa y vi en su mirada el odio hacia mi comportamiento, entro al baño
tratando de escapar del infierno que se empezaba a hacer cuando Tom se me acercaba
amenazante, pero yo no lo había hecho con mala intención, solo necesitaba de su ayuda pero no
lo había comprendido.

Cuando Tom estaba pegado a mi rostro, le tome la mano, para tratar de hacerle ver que no lo
había hecho con una mala intención.
- ¿Por qué haces esto? – me pregunto soltándose de mi mano y señalando con la otra la puerta del
baño
- ¿hacer qué? – no entendí su pregunta
- Esto, primero, la enamoras, se aman son la mejor pareja del mundo, luego, le dices que ya no la
quieres, te arrepientes y ahora no quieres dejarla ir, ¿Qué te pasa Bill?, ¿Qué es lo que quieres? –
- No lo sé, es que, son tan poca cosa, tenias razón, solo soy algo arriba de un escenario, fuera del
soy la persona más miserable del mundo, y ella, ella lo es todo, no merezco su amor, no lo
merezco, tiene que buscar a alguien mejor que yo, solo así ella estaría mejor, conmigo no, y quiero
que sea feliz pero sé que nunca lo será a mi lado, si ella es feliz yo puedo serlo también, solo
quiero que ella este con alguien que sea como ella, yo no lo soy – confesaba mis sentimiento a i
hermano, solo con el podría hacerlo, me abrazo fuerte, estaba a punto de llorar, pero su hermosa
voz me lo impidió.
- Tranquilo, todo mejorara ya veras, y no trates de ver más allá de las estrellas, tienes una justo
frente a ti, y admite que los dos merecen el amor del otro, déjate de babosadas. – me anima Tom
- Entonces, puedes traerme un poco de comida, es que no quiero dejarla sola, podría necesitarme.
– le dije limpiando las pocas lagrimas que caían sobre mi cara.
- Claro que si enano – me sonrió me dio un zape pronto regreso con comida, le agradecí y volvió a
salir después de pedirle que me dejara solo.
- Hallo nena, ¿terminaste?, ven siéntate conmigo. – Le dije cuando salió del baño, – Bien ahora
duerme. – se recostó junto a mi quedo completamente dormida, muy rápido.
Cuando termine de comer, sentí su rostro, seguía fría, la tape y prendí la calefacción, lo más
caliente que pude, aunque yo sudara no me importaba, mientras ella regulara su temperatura yo
estaría tranquilo. Me recosté sobre el sofá, quería que mi princesa hermosa descansara por
completo, yo también quede dormido casi al instante.
El denso aire pegaba en mi cara, el ruido me ensordecía, gritos, llantos, sonidos de guitarra y bajo,
el redoble final, las luces se encendieron, eran miles de personas, todas ella gritando mi nombre,
yo caminaba de un lado a otro, esa sensación de que no era un concierto común de carcomía de
pies a cabeza, buscaba la respuesta a mi pregunta ¿Qué pasara hoy?, trataba de mirar con
atención a cada una de las personas que estaban allí, la mire, la sensación cambio, el corazón me
latía como queriendo salir de mi pecho, ella no gritaba, solo veía a todas las que gritaban tratando
de callarlas, seguí caminando para llegar a ella, mis piernas me temblaban, cuando por fin estuve
frente a ella le tendí la mano, volteo a verme, sus hermosos ojos se cruzaron con los míos, tomo
mi mano y la ayude a subir al escenario. Cuando estaba mi lado, todo desapareció, solo
estábamos ella y yo, tomaba su suave y delicada mano
- Princesa tengo que decirte algo. –
- ¿Pasa algo? –
- Sí, quiero ser directo, la verdad es que ya no te quiero, creo que tienes que irte. –
- No Bill, no, tú me amas. –
- No, entiende que ya no siento nada por ti, me aburrí de ti, - le dije, esas asquerosas palabras
salieron de mi boca, mientras veía como sus ojos se llenaban de lágrimas por mi actitud hiriente,
bese su mano y la tire, tratando de que ella sintiera rechazo. Quería huir de aquel infierno, no
quería verla sufrir, eso me dolía mas a mí que a ella, no era fácil dejar lo que más amo en este
mundo. Comencé a correr para alejarme de ella.
- No Bill. Nooo!!! – sus gritos me despertaron, gritaba mi nombre, igual que en mi sueño, corrí a
ella, lloraba tan amargamente, esta vez no hui me quede a su lado, abrazándola.
- Tranquila princesa, tranquila fue solo un sueño, estoy aquí, nunca te dejare. – trataba de
tranquilizarla, y de tranquilizarme a mí mismo,
- ¿Seguro que nunca me dejaras? – me dijo separándose de mí, no dejan de salir lagrimas de sus
ojos, era exactamente igual que en mi sueño, mi recuerdo, mejor dicho, era tanto el dolor que le
había causado que hasta en mis sueños lo volvía a vivir .
- Si, princesa, ahora tranquilízate y descansa. – acabe de separarme de ella, tome su mano y la
bese, ella me miro de mala gana, casi con odio y me arrebato su mano, miro mi cara con atención
y luego miro sus manos, casi adivine lo que pensaba, los dos nos tranquilizamos un poco, y nos
volvimos a recostar.
Me quede dormido, pero no del todo, después de haberme tranquilizado el dolor regreso a mí,
era insoportable la sensación de volver a perderla, de perderme a mí mismo, algo nadaba mal, lo
sabía, “tranquilo, ella está aquí, está bien” me repetía a mi mismo varias veces, pero no paraba el
dolor.
Abrí los ojos, ya había amanecido, la luz del sol entraba por completo a mi habitación, mira la
cama, ya no estaba creí que estaría en el baño pero no, salí y baje las escaleras corriendo, escuche
el televisor creyendo que estaría ahí cansada de dormir, pero no era Tom.
- ¿oye en donde está Kami? - le pregunte a Tom que estaba embobado viendo caricaturas.
- Se ah ido, no quería despertarte, me dijo que te dijera que te ama y gracias por todos los
momentos que pasaron juntos. – hablaba tan tranquilo, ¿acaso no se daba cuenta de lo grave de
la situación? – y ¿sabes algo Bill? Si no quieres perderla ve, búscala y dile que la amas.-
No dude en hacerlo, salí de la casa, descalzo, comenzó a correr, pero no la encontraba, Tom venia
atrás de mi. No sé en donde estaba solo sabía que ella caminaba a unos metros frente a mí, grite
su nombre, pero ella no se detenía solo seguía caminando.
Quise correr a ella pero un fuerte golpe me detuvo, todo se borro, mi cabeza me ardía, sentía que
iba explotar, no podía moverme, todo mi cuerpo me dolía, ¿Qué demonios había pasado? la voz
de Tom me hiso reaccionar, estaba tirado a plena calle, quise levantarme pero el intenso dolor me
lo impidió, Tom se levanto y corrió, vi hacia donde se dirigía, estaba llorando ¿Tom llorando? ¿Por
qué? Mire a mi alrededor, mi princesa y Tom regresaban a mi corriendo, voltee a ver que estaba
junto a mí, ¿era un auto? Ahora recordaba, me habían atropellado cuando corría por mi princesa,
¿Cuánto tiempo había pasado desde que grite su nombre?, la mire, lloraba al verme ahí tirado en
mis últimos momentos, sentía como mi corazón latía más débil cada segundo.
- ¿Puedes sentir eso? – dije llevado una de sus manos a mi corazón, quería que lo sintiera antes de
que dejara de latir – sigue latiendo solo por ti, perdóname por todo lo que te hice, todo era
mentira, yo, yo te amo, - no podía mantener mis ojos abiertos, era como si unas ganas fuertes de
dormir de apoderaran de mi
- No, Bill no hagas esto, no te despidas, mi vida, por favor, abre tus ojitos, mi vida. – me llamaba,
pero por más que quería no podía abrirlos, Tom lloraba escandaloso, no podía contenerse

- Tom, cuídala mucho, yo, yo cuidare de los dos, y por favor ya no te vayas de parranda tan
seguido, trata de buscar a la chica indicada, amar es lo más hermoso que te puede pasar. –
Regañaba a mi hermano tratando de hacerlo entrar en conciencia, le sonreí para que viera que yo
estaba bien, al menos lo estaría – nena, te amo – mis ojos acabaron de cerrarse. Deje de sentir
dolor, todo cambio de un momento a otro.
Abrí los ojos, pude pararme, podía ver mi cuerpo tirado “¡Que buen golpe me dieron¡” pensé al
ver mi cuerpo todo golpeado y casi destrozado por aquel auto, mi princesa lloraba desconsolada
sobre él, me acerque a Tom, le dije que se calamara que ahora si estaba bien, le dije que quería
que fuera feliz y que no quería verlos llorar por mi muerte.
- Nena ya no llores, el está bien, al no le gustaba verte llorar. – le decía Tom a mi princesa,
quitándole mi mano de la suya – vamos nena, tranquila todo está bien. – Su cara mostraba
indignación, pero solo Tom y yo sabíamos lo que pasaba entre nosotros, mi gemelo le explico todo
mi hermosa Kami – me ah dicho que no quiere que lloremos. – se tranquilazo, cuando fui hacia ella
y la tome del hombro, quería que supiera que yo seguí con ella, a su lado.
Ella se agacho y beso mis labios, en mi cuerpo, comenzó a acariciar mi rostro.
- Bill te amo, eres lo único que amare toda mi vida. Bill por favor perdóname, perdóname – me
decía.
Perdonarla ¿de qué? Si ella era lo mejor que me había pasado en la vida, quise que lo supiera, “te
amo” dije susurrando en su oído y besando sus suaves labios me despedí de ella.
No sabia si era le cielo o el infierno, lo único que sabía es que estaba en el lugar perfecto,
esperando por ella para poder estar juntos en la eternidad.
FIN

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